Segunda parte. Breve recorrido por la ética ambiental de la filosofía.
Como ya comentamos en el post anterior, a la hora de tratar la ética ambiental se distinguen tres líneas de pensamiento (antropocentrismo fuerte, moderado y anti-antropocentrismo). En esta segunda parte trataremos la segunda de ellas.
ANTROPOCENTRISMO MODERADO
El antropocentrismo moderado es una postura nacida en el s. XVIII según la cual el ser humano es superior al medio ambiente en general y con otros seres vivos en particular y cuyas relaciones son susceptibles de calificación moral por lo que se justifica el uso de la naturaleza para satisfacer nuestras necesidades, pero no su abuso. De tal forma se defiende la protección y conservación del medio natural.
El origen de esta postura se halla en algunos filósofos ilustrados que hablan de la necesidad de cuidar el medio natural y defienden la crueldad de los espectáculos con animales porque bajo su punto de vista no se está satisfaciendo ninguna necesidad, sino que es puramente diversión. Algunas posturas antropocéntricas moderadas son las siguientes:
a) Utilitarismo.
El utilitarismo es un sistema ético desarrollado inicialmente en Inglaterra en los s. XVIII y XIX, que identifica lo útil con lo bueno. Se considera que el mayor bien será lo que resulte útil para el mayor número de personas posibles, es decir, se está haciendo referencia a la utilidad colectiva. A partir de la segunda mitad del s. XX, el utilitarismo ha desarrollado una ética antropocéntrica moderada, la cual reconoce más valores a la naturaleza que el económico, pues puede resultarnos útil en más sentidos, como valores psicológicos, espirituales, estéticos, simbólicos… Por esto, reclama un uso racional y responsable de los recursos naturales.
En este contexto, Kant habla de la utilidad estética ya que es superior la belleza de la naturaleza que la creada por el hombre. Él mismo plantea que podemos hablar de belleza en el arte, pero la belleza de la naturaleza es sublime. Así, este autor presenta una concepción utilitarista de la naturaleza.
El utilitarismo nace de la mano de J. Bentham y de J.S. Mill. El primero de ellos, defiende un “cálculo utilitarista”, es decir, hay que calcular la cantidad de recursos que van a resultar útiles al mayor número de personas posibles. En ese sentido, el autor da más importancia a la cantidad, entendiendo que el Estado debe proporcionar al mayor número de personas, el mayor número de bienes materiales. El segundo, defiende que es más importante la calidad, considerando más útil el progreso espiritual que lo identifica con la educación. En consecuencia, J.S. Mill justifica que el bien de mayor cantidad es la educación, pero para ello el Estado tiene que ofrecer libertad.
b) Ética de la responsabilidad.
Postura ética contemporánea que nace de la mano del filósofo alemán Hans Jonas quien toma un criterio que le permite jerarquizar y clasificar a los seres vivos. El criterio que toma es la capacidad que tienen los seres vivos para proponerse y alcanzar metas, propósitos o fines. Los fines más complejos son los que desarrolla el ser humano, por tanto, es superior y se halla en la cúspide. El valor que tiene el hombre es tal, que H. Jonas establece como imperativo la preservación de las condiciones de la Tierra para su existencia en el futuro, es decir, para que las siguientes generaciones puedan vivir y tengan una vida al menos igual que la nuestra. De este modo, la ética de la responsabilidad se denomina así porque nosotros somos los responsables de mantener las generaciones futuras.
c) Ética ambiental católica.
Ciertos sectores católicos han desarrollado esta postura que plantea que, aunque los seres humanos seamos superiores por ser la creación privilegiada de Dios, el resto de los seres vivos no son para nuestro uso y abuso. En este caso, se reconoce valor a todos los seres vivos en cuanto que son criaturas de Dios. No obstante, se sigue entendiendo al hombre como un reflejo imperfecto de Dios, por lo que el hombre es superior al resto de los seres vivos y puede servirse razonablemente de ellos. Sin embargo, esto no significa que sean de su propiedad, por lo que no puede producirles sufrimiento ni muerte injustificadamente. En este sentido, los seres humanos somos responsables de cuidarlos y protegerlos adoptando un comportamiento moral.
Puedes leer otras partes pinchado en estos enlaces:
- Primera parte: Antropocentrismo Fuerte
- Tercera parte: Anti-Antropocentrismo
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Reblogueó esto en BIG DATA Experience, 09 de Octubre 2013, JW Lima Marriot Hotel.
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Me parecen acertadas las tres líneas de pensamiento moderado y anti-antropocentrismo. Hacen referencia al uso racional y responsable de los recursos naturales, en contra del abuso; a preservar las condiciones de la Tierra para las generaciones futuras y a la ética católica de no producir daños injustificados a los animales, ya que somos responsables de cuidarlos. Queda mucho por hacer , pero lo importante es tener claro lo que hay que hacer y lo que no. Te envío un post mío sobre el trato salvaje que se da a los toros en las corridas. Un saludo, J.Melero.
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¡Muchas gracias José!
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El anti-antropocentrismo es el egocentrismo ateo, es decir, lo que predomina en el mundo moderno. Para salvar al planeta hay que volver al antropocentrismo estándar, esto es, al creacionismo de la inteligencia creadora que dispuso al hombre en la cima y centro de la creación, el cual es responsable de su cuidado. Pero nada de eso se da hoy, donde todos creen que el hombre es un simio evolucionado y lo único que importa es el placer mundano, aún a costa de arrasar con la naturaleza, que es lo que está pasado actualmente. Saludos.
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Reblogueó esto en By the Mighty Mumfordy comentado:
GOOD TO KNOW!
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