PERSPECTIVAS

Cuatro sujetos en el punto de mira


La adolescencia es una etapa problemática de transición de la infancia a la edad adulta y se caracteriza por una gran cantidad de cambios tantos sociales, como físicos y psicológicos. Dichos cambios afectan a la persona e influyen en su comportamiento, autoestima o decisiones. En este periodo puede darse el caso de que no se desarrollen los mecanismos necesarios para hacer frente a estas situaciones teniendo esto notables consecuencias sobre el rendimiento académico.

El cuarteto de jóvenes vallisoletanos formado por Juan (20 años), Francisco (22 años), Patricia (24 años) y Verónica (22 años), ha sido sometido a una serie de cuestiones por parte de un psicólogo acerca de su paso por la educación. En este post he querido sintetizar en primer lugar sus experiencias para posteriormente comentarlas.

Juan


Sus padres se separaron cuando él tenía 15 años y en casa siempre han existido problemas familiares tanto por la mala situación económica como por la relación con ellos. Su padre era alcohólico y estaba en paro, de su madre no se dice nada. El sujeto comenta que el factor que le hizo dejar sus estudios pudo deberse en parte a la influencia del entorno, en concreto, a su pandilla y amigos y a tener una edad crítica (15-17 años) donde primaba el alcohol y la fiesta. A pesar de no tener éxito en los estudios, considera que el trabajo es sinónimo de libertad, por lo que ha conseguido varios empleos esporádicos. Actualmente trabaja en una empresa de control de calidad y entre sus aficiones destaca el judo, hobby con el cual ha ganado dinero dando clases a niños.

Francisco


Sus padres trabajan, aunque él se encuentra en paro. Comenzó a dejar de ir a clase porque los profesores del instituto no le caían bien y alega que siempre se metían con él. Además, defiende que el problema se encuentra en los profesores: no había buen trato y no les soportaba. Su objetivo es encontrar trabajo para ganar dinero y poder independizarse. El entorno en el que se desenvuelve es de lo más cotidiano. Le encanta ir a la peña con sus amigos ya que es un sitio de conversación donde se siente a gusto.

Patricia


Sentía la necesidad de aportar dinero en casa y debido a la difícil situación económica y a la imposibilidad de compaginar trabajo-estudio, dejó los estudios y se puso a trabajar, aunque actualmente está en paro. Sus empleos han sido muy diversos, aunque ella destaca el de camarera ya que gracias a él perdió la timidez y creció como persona. Al igual que Francisco la peña es un sitio de reunión esencial en su vida.

 Verónica


Se define a sí misma como una persona vaga. Los estudios a lo largo de su vida no la han aportado nada y prefiere trabajar, por ejemplo, de administrativa en la empresa de su padre, que es su cargo actual. El abandono de sus estudios pudo ser debido a que el cambio de primaria a la ESO la resultó difícil y por la influencia de internet, de su novio y de sus amigos, quienes la convencían para no ir a clase.

Tras la lectura de todas estas experiencias he podido llegar a una serie de conclusiones que son comunes a todos ellos.

Primeramente, me gustaría comentar que las cuatro vivencias me resultan muy cercanas a mi adolescencia, ya que de manera indirecta las he visto reflejadas en mis compañeros de instituto, incluso algún que otro vecino podría ser encasillado en una de estas historias. Estoy prácticamente de acuerdo con las opiniones de los sujetos ya que esta lectura me ha posibilitado abrir los ojos un poco más hacia el hecho de que nuestra vida no tiene porqué ser un trayecto lineal, sino que podemos encontrarnos o escoger un camino lleno de baches, sin asfaltar y algo oscuro, aunque ambos lleguemos al mismo destino.

Los cuatro individuos manifiestan que estudiar te abre más puertas a la hora de encontrar un trabajo, pero nada más. Si únicamente tienes la ESO o en algunas ocasiones si no la tienes, las oportunidades laborales son mucho más reducidas. La preferencia por trabajar y no estudiar puede deberse a una ingente cantidad de factores tales como:

  • Encontrarse en una edad tan crucial como la adolescencia.
  • Entorno familiar: familias desestructuradas, problemáticas y con bajos recursos económicos.
  • Entorno social. Importancia del grupo de amigos y de su estatus. Establecimiento de un sitio de reunión como la peña. Alcohol, tabaco y drogas.
  • Situación personal. Autoconcepto, confianza, seguridad, capacidades…

Por último, considero que en todos los casos se han dado argumentos suficientemente válidos como para tomar dicha decisión, ya que cada uno es libre de construir su propio proyecto de vida. Cuando a fecha de hoy se les pregunta si volverían a estudiar, todos responden que no, al menos de momento. Ellos prefieren trabajar para poder ganar su propio dinero y por ende hacer frente a sus gastos como pagar la gasolina o su ropa. De esta forma se sienten más autónomos y lo más importante, se sienten felices con lo que hacen. Si tuvieran que mirar al pasado y cambiar algo de este, no modificarían nada, ya que justifican que todo lo que han vivido han sido experiencias y estas les hacen ser quienes son hoy en día.

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©Adrián de la Fuente Ballesteros.

4 comentarios en “PERSPECTIVAS

  1. Es cierto que cada uno es libre de construir su propio proyecto de vida entre los muchos que se le ofrecen. Ninguno es superior a otro si uno siente que el suyo es el mejor. Pero para construir ese proyecto influyen muchos factores, porque somos seres sociales. Yo he tomado muchas decisiones como mías, pero en muchas ocasiones casi siempre ha habido alguien que me ha señalado el camino. Por mí mismo, muchos de esos caminos hubieran pasado desapercibidos.Un saludo, José Melero

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    1. En ciertas ocasiones es adecuado que alguien nos señale el camino, pero cada uno debe tomar su propia decisión.

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