EL SEÑOR X

Personalidad y competencias del tutor ideal

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La gente de hoy en día confunde a menudo los términos profesor y tutor cuando cada uno de ellos yace bajo un significado totalmente distinto. Si bien es cierto, que en algunas ocasiones un docente puede ejercer como tutor y viceversa, creo que es necesario establecer diferencias: el profesor trabaja sobre el alumno mientras que el tutor trabaja junto a él. El docente por su parte instruye en una materia, la discute con los alumnos y finalmente los evalúa para verificar sus competencias. En cambio, el tutor observa, guía, encamina o acompaña a un grupo de individuos en su proceso de aprendizaje de una forma más personalizada alejándose de la instrucción formal. No obstante, las labores del tutor no se focalizan únicamente en el estudiante, sino que también este establece vínculos con profesores y familias. A pesar de esta distinción, considero que yo, como futuro profesor, he de ejercer y aprender de ambas partes y ser una aleación de estas.

Si nos hicieran destacar cuales son los rasgos de personalidad o cualidades que creemos que son las más importantes en un tutor, llegaríamos a un número con tantos decimales como pi (π): observador, empático, valiente, organizativo, carismático, comunicador, humilde, profesional, paciente, con sentido del humor, tolerante, resolutivo, conciliador, dinámico, vocacional, bondadoso, comprometido, generoso, flexivo, elocuente…

Es por ello, por lo que, con el fin de abordar esta temática, os presento en primicia un decálogo de las características que retratan a mi tutor ideal, el maravilloso Señor X.

El Señor X es una persona asertiva, como bien decía mi compañera Nuria Vítores. Posee la capacidad de comunicar sus opiniones de forma adecuada para no generar incomodidad en las personas de su entorno.

Su empatía lo hace único, es capaz de ponerse en la situación de los demás, los entiende y los escucha. Paralelamente les da consejos para dirigirlos y que no pierdan el rumbo.

Todo el mundo siempre destaca en él su resiliencia, puesto que ante cualquier imprevisto crítico consigue sacarte una sonrisa a la par que adopta una postura de superación en momentos de estrés. Esto le ha permitido mejorar su adaptabilidad al cambio.

Conoce al detalle la realidad en la que vive y está constantemente informado y actualizado. En este sentido, domina los historiales académicos y personales y se pone en contacto con las familias y/o profesores cuando es necesario.

Apuesta por las personas y le apasiona la creatividad en cuanto al uso de estrategias y formas de enseñanza aplicando las nuevas tecnologías que dispone a su alcance.  

Por último, su lenguaje cercano y abierto, transmite a los estudiantes un aire motivador que les hace creer en sus talentos.  Esta competencia la combina con el respeto a la diversidad y hacia los problemas personales fomentando en todo momento la confidencialidad.

Estas son algunas de las muchas características del Señor X.  Sin embargo, esto no significa que no posea otras muchas más que lo definen. Esto es debido a que, en determinadas circunstancias, describir a una persona o simplemente a un amigo, es un trabajo realmente complicado. Cada uno de nosotros tenemos una serie de habilidades que nos hacen únicos, el problema radica en que muchas veces no las ponemos a funcionar por miedo o por desconocimiento.

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©Adrián de la Fuente Ballesteros.